Tengo que querer a mis padres, perdonarles, entenderlos y supuestamente contar con ellos cuando me encuentre mal por el trastorno, pero a la vez debo tener pensamiento positivos, aprender a olvidar el pasado, tengo que hacer esto, lo otro y lo de más allá, contar con ellos pero a la vez no revelar mis necesidades de ninguna manera porque se pondrán mal...
Entonces es cuando surge la cuestión de quien soy yo, si intento suprimir mis sentimientos y ya no se me permite saber que realmente siento, que percibo, que me dice mi cuerpo y porque.
Antes o después tengo que enfrentarme a las consecuencias de mi autoengaño, y en la mayoría de los casos, no se como hacerlo.
Me reduzco a una máscara y no se en absoluto quien soy en realidad, porque la fuente de este conocimiento se halla en mis sentimientos verdaderos, que concuerdan con mis experiencias, y el guardián de estas experiencias es mi cuerpo, su memoria.
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